domingo, 28 de agosto de 2011

"En España hay quienes han querido taparla, pero la historia es insobornable"

"En España hay quienes han querido taparla, pero la historia es insobornable"

Después de tres años de investigaciones publica 'Espejismo', un repaso a una época crucial de nuestro país que abarca desde la República hasta la dictadura de Franco · El autor es partidario de recordar, nunca de olvidar
Guillermo Ortega / Granada | Actualizado 28.08.2011 - 01:00
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José Ramos López, durante la entrevista.
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Tiene 60 años y es un claro ejemplo de hombre hecho a sí mismo. Empezó a trabajar muy joven, "como muchos de mi edad", pero su afán de superación le permitió hacer primero el curso de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, licenciarse después en Historia y profundizar posteriormente en una época crucial para España: la República, la Guerra Civil y el franquismo. Fruto de esa dedicación es el libro Espejismo, que acaba de publicar la editorial Promociones Sur. Se lo dedica fundamentalmente a su padre, uno de los muchísimos muertos que dejó la contienda.

-¿Cuánto ha tardado en documentarse para un trabajo tan amplio? ¿Ha sido muy complicado?

-Tres años. Ha sido difícil porque hay muy pocas fuentes. Me he pasado muchísimas tardes metido en la hemeroteca de Ideal y en la Casa de los Tiros. Eso y la bibliografía que he empleado.

-El libro sale cuando ya está en vigor la Ley de la Memoria Histórica y hay criterios opuestos. Algunos son partidarios de olvidar las antiguas heridas y otros quieren recuperar el pasado con todas sus consecuencias. Supongo que usted está en ese último bando.

-La verdad es que, después de estudiar lo que pasó, veo que lo que está ocurriendo se asemeja mucho a algunas cosas que pasaron entonces. El acoso y derribo al PSOE por parte del PP, por ejemplo, y lo digo dejando claro que no soy del PSOE, es la misma política que se empleaba en aquellos tiempos. Lo de Acción Popular era un continuo acoso y derribo contra todos los partidiaros de la República. Fue terminar las elecciones de febrero de 1936 cuando se puso en marcha la maquinaria de la derecha para acabar con la República. Yo estoy convencido de que si aquellas elecciones las hubiera ganado la CEDA, no habría habido guerra en España.

-¿O sea, que actuaron así por venganza, por no haber ganado?

-Si no por venganza, al menos sí se dijeron que si no ganaron por las buenas, lo harían por las malas.

-Ahora no creo que se pudiera repetir una situación así...

-No, porque la derecha no tiene ese enemigo contra el que luchar, no puede luchar contra la Monarquía, que no está en peligro, mientras que en aquel tiempo tenía un enemigo claro, que era la República.

-Estaban en contra de la República pero después no restauraron la Monarquía.

-Lucharon por la Monarquía, lo que pasa es que Franco se perpetuó luego en el poder e hizo caso omiso a los muchos manifiestos que le hicieron llegar, pidiéndole que abandonara el poder porque entendían que el objetivo estaba cumplido. Pero al principio sí pensaban que el Rey iba a volver porque la Monarquía le había hecho muchos favores a Franco y entendían que sería un hombre agradecido, pero prefirió mantenerse en el poder.

-No me contestó antes. ¿Qué piensa de los que creen que lo mejor es olvidarse del pasado y partir de cero, que la Ley de la Memoria Histórica sólo sirve para reabrir viejar heridas y reavivar antiguos enfrentamientos?

-Eso es hablar desde un punto de vista partidista. Les da vergüenza ese pasado, pero eso no se puede olvidar. Hombre, lo que no puede haber es represalias, volver a abrir heridas. Pero si mi padre está enterrado en una cuneta, yo quiero saber dónde está exactamente. Creo que es algo que se cae por su propio peso. No se trata de localizar a los que mataron a mi padre e ir a por ellos, sino de dignificar la figura de ese hombre y de las miles de personas que están en las cunetas o enterrados en pozas. Si eso se hubiera hecho en su momento, que se pensó que sí se podía, al principio de la Transición, no habría pasado nada. Se habría enterrado a cada muerto en su sitio y ya está. Pero esto se convirtió en una lucha de intereses. No nos pueden decir que dejemos a los muertos tranquilos, porque no lo estarán hasta que sus familiares sepan dónde están y hagan con sus restos lo que crean que deben. Ese argumento a mí no me vale.

-¿Cree que en este terreno Granada tiene unas connotaciones especiales? La tapia del cementerio, la permanencia de una estatua en honor a José Antonio ...

-Las tiene, sin duda. El Ayuntamiento quita todos los años las placas, Díaz Berbel derribó una tapia del cementerio para que no se notaran los impactos de las balas, hubo archivos que se quemaron, ya en los años sesenta... Es algo que desde el punto de visto histórico no se puede defender, porque la historia es insobornable y hay quien ha querido taparlo todo. Si tan seguros estaban de que habían hecho el bien, ¿por qué se avergüenzan?

-¿Piensa que alguna vez se sabrá toda la verdad?

-Creo que sí. A lo mejor dentro de 150 años, cuando nadie piense que esté en un bando o en otro, cuando desaparezcan las dos Españas, que de hecho no nacieron con la Guerra Civil. Acabar con ellas va a ser difícil, porque las seguimos manteniendo.

-¿Es partidario de que se siga buscando a Lorca?

-Sí, pero encontrarlo va a ser más difícil, porque los documentos que hay son contradictorios. Cada investigador da una ubicación distinta y, donde más seguro parecía que iba a estar, resultó que no había nada. Con Lorca hay teorías para todos los gustos, hasta la que dice que está en el Valle de los Caídos, y hay estudios de gente seria que se contradicen entre sí, así que puede que sus restos no aparezcan nunca.

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